sábado, 31 de agosto de 2013

Medio cuerpo de sirena


Diluvia,
y yo soy sólo sirena
de ombligo para arriba.

Cuánto persigo las marejadillas
para ser tan torpe…

Abro la boca bajo el agua
para pedirte que me salves,
pero no vienes
ni me salvas
ni me sale una sola palabra
mientras el agua me inunda los pulmones.

Quién tuviera branquias
en lugar de estas alas
que aquí abajo no sirven para nada...

Y yo quiero decirte
“¡sálvame, amor,
sálvame!”
pero no puedo.

Y tú vendrás a buscarme
cuando sea demasiado tarde
y quede sólo un cuerpo de sirena
(o medio cuerpo
de sirena para ser exactos)
y como siempre,
te darás por satisfecho.

sábado, 24 de agosto de 2013

El pescador


Cintura para arriba
el pescador no late.
Piedra su pecho, piedra.

Piensa con los ojos
y con las manos sueña
sirenas idas.

Despliega brazos por redes
y espera en la bajamar
algún descuido.

El pescador no quiere,
no puede,
no tiene.

Cebo muerto que mata.
Sólo piedra.
El pescador no puede.
Sólo anzuelo.

martes, 20 de agosto de 2013

Café


Todo estaba igual
o casi.

El olor rancio a madera
de las tablillas del suelo,
el café recién hecho,
los croissants esperando pacientes
tras los cristales,
el jazz de fondo,
los libros con muchas manos
desordenados en las estanterías,
las mesas cojas,
las sillas de colores,
las lámparas de pie con cordoncillo,
los espejos antiguos
y ese aire
que se respira cuando
todo es posible
y que nos dijo al oído
"sólo vosotros podéis
mover el mundo".

Estaba todo igual
o casi,
incluso toda esa gente
que sirve para hacer bulto,
los carteles vintage en las paredes
entre pizarras y cuadros con relieves,
la bicicleta (reliquia)
y el reloj parado.

Estaba todo intacto,
igual
o casi
que cuando nunca estuvimos.

Y nadie moverá el mundo
si no volvemos.

sábado, 17 de agosto de 2013

Todo lo que me cupo


Como el niño que atesora piedras
guardé las calles,
el roce de tu espalda,
las carcajadas valientes,
caricias sueltas,
las miradas atadas
y algún sol.

Como el que protege con papel cebolla
guardé la lluvia de aquella tarde,
los bailes del aire entre tu pelo,
tus pies, un cactus,
dos tomates pelados
y un cigarrillo.

Como el que abrillanta plata
guardé las horas,
estiré las sábanas pensando en mañana,
desdoblé las comisuras de los labios
y ordené las pestañas
por orden alfabético.

Como el que ama de más
quise no dejarme nada.

Como el que teme perder-se
o ser robado,
como el que colecciona garantías,
como el que mira fotos para no olvidar.

Todo lo que me cupo lo guardé
como el que guarda y no sabe
que acaba de hacerse la maleta.

martes, 13 de agosto de 2013

Qué más triste


Qué más triste
que abandonarme a la suerte
que yo misma pueda procurarme
y ya no velarme el sueño.

Qué más cruel
que no pedir revancha
ni explicaciones
ni exigir disculpas.

Qué más penoso
que no acordarte más,
ni más ya nada.

Qué cobardía
o qué arrojo,
mas qué sagacidad,
qué acierto el tuyo
abandonarme a mí misma
sin despeinarte,
y alejarte silbando
como el que no recuerda.

viernes, 9 de agosto de 2013

Y dejar de ser piedra


Dejar de ser papel en la pared,
un recuerdo con piernas.

Dejar de razonar como los buitres
como de respirar bajo las aguas.

Dejar de escribir versos
igual que el que vomita
y dejar de ser sombra.

Ya dejar de esperar a ser llamada
a las filas del hambre de algún hombre
mientras te sigo amando.

Dejar en vano de encender bengalas.
Dejar de perder tiempo en contar tiempo.

Y dejar de ser piedra
soñando con ser flor.

Y dejar de ser
una piedra triste
buscándote en la vida
que está dónde.

jueves, 8 de agosto de 2013

Súper héroe


No va a venirte bien
lo que te diga,
lo que de estar más loca,
te diría,
porque no es el momento
ahora ni nunca,
y por ser tú quien eres,
súper héroe.

No va a venirte bien oír
lo que a sabiendas
no voy a contarte.

Para no importunarte,
no voy a darte
una misión perdida.

Bastante tienes
con salvar el mundo.

miércoles, 7 de agosto de 2013

El sueño


Corro descalza entre calles pequeñas,
avenidas grandes,
oscuras,
luminosos,
algún chino de pie en alguna puerta,
gente riendo,
papeleras llenas.

Corro con prisa hasta encontrar tu puerta.
Ahora que no me hacen falta, llevo zapatos.

Con los dedos cruzados toco tu timbre,
y un perro dice ding dong, ding dong, ding dong,
y busca una farola,
y tú me abres, y ríes,
y lo cambias todo por ahora
mientras te muerdes el labio moviendo la cabeza,
dándome por perdida
teniéndome delante.

Y en ese preciso instante te someto,
te obligo,
por caridad,
a hacerme tuya,
ahora y para siempre,
y me arrancas del suelo
y esta pena.

Las flores de los tiestos nos aplauden
cuando mi gata me lame
y me despierta.

Si no fuera


Si no fuera porque me acabaré un día,
si no fuera.

Si no te perdiera en sueños cada noche,
si no fueran todas las mañanas el día en que te espero,
si no te esperara precisamente para que no volvieras,
si tuviera que darles la razón.

Si no fuera porque me acabaré un día
y ya nadie sabrá cuánto te quise,
si supiera lo que digo,
si estuvieras.

Si no fuera porque aprendí tu nombre,
si no fuera,
si tú no fueras tampoco.

Si no fuera porque me acabaré un día
y nada importa.

martes, 6 de agosto de 2013

Qué estarás mirando


Dentro aquí, meciéndome,
yendo y viniendo,
sin más quehacer que imaginarte ahora,
te imagino.

Imagino las sombras de tus sombras
vistiendo otras paredes,
tu cabeza moldeando generosa
otras almohadas,
tu espejo reflejando
cómo voy a saber lo que refleja,
lo que estarás mirando,
cómo voy a saberlo desde aquí,
desde esta jaula con la puerta abierta
que es tu ausencia,
cómo podría siquiera imaginarlo.

Yo, aquí, pensando qué estarás mirando
y tú,
y tú tan lejos…


lunes, 5 de agosto de 2013

El gato en la cuneta


Como el gato en la cuneta
o el erizo
o el corzo
o el conejo
o la paloma.

Como sus cuerpos inertes,
abandonados,
solos,
en un lado de la carretera.

Como los restos a los que nadie atiende,
que nadie recoge,
ni echa en falta,
ni reza,
ni homenajea.

Como la carne que vivió y ya no,
los ojos que vieron un mundo que ya no,
la prueba terminante de lo que fue y ya no
que a mí me encoge el alma
y me destroza,
porque a nadie le importa.

domingo, 4 de agosto de 2013

Vete aquí


Vete aquí teñido en estas tintas
del caudaloso y vano río de mi pluma,
confundido con otros,
con todos los mortales
que no le hacen a tu nombre justicia.

Vete y reconócete, esculpido en letras,
tan negro todo, sobre fondo blanco,

despojado el color de los matices,
diciendo tanto nada las palabras.

Vete aquí y ódiame en esta venganza
por traducirte a versos,
banalizado en versos que no valen,
que importarán igual de poco o nada
que lo que importaremos nosotros,
todos,
el día siguiente al último día.

sábado, 3 de agosto de 2013

Sin dramas


Quiero contarte, amor,
que hoy amanece un cielo diferente,
totalmente despejado, sin una nube.

Hoy, amor, más que ningún día,
la Tierra está suspendida y no se mueve,
como la sábana del otro lado de la cama
que permanece yerma,
deshabitada,
quieta,

 esperando contrariada y servicial
que vuelvas para abrigarte
y ver cómo me abrigas,
y me columpias,
y haces que me quieres.

Quiero contarte sin dramas
que te extraño,
cuánto extraño tus migajas,
el espejo en tus ojos,
la feliz sonrisa,
el roce de tu oreja
con mi brazo
en el abrazo mudo,
demoledor,
tu mano en mi barbilla,
la mirada colmada,
las moléculas chocando alrededor,
los bailes prohibidos,
el eco eterno de las carcajadas,
saber que estás,
barrer el suelo con tu cuerpo
y con mi cuerpo
juntos,
dormir contigo.

El dolor de quererte extraño,
amor.

Y herida de rodillas,
de la mano de nadie,
ahora que ya no empujas mi columpio
y no tengo miedo
porque la Tierra se ha solidarizado conmigo
y hoy no gira,
entiendo que es inútil
extrañarte,
pensarte,
olvidarte,
soñarte,
recordarte,
amarte,
odiarte,
escribirte, siquiera,
sin dramas de por medio.

Lo siento.
No me sale.