lunes, 21 de julio de 2014

Te cuenten lo que te cuenten


Te cuenten lo que te cuenten,
no te quiero por descarte.
Lo que quiero es no contar detrás de ti
más que contigo
gaviotas o cigüeñas,
granos de maíz, minutos
que falten hasta que vuelvas,
versos desafinados,
letras con sierra,
cosas
que sigamos llamando “no sé qué”.

Contar contigo las eses y las zetas,
las copas que llevamos y el dinero que no,
las veces que nos colamos en las fiestas,
las lunas de cartón,
las olas.

Que no quiero contar detrás de ti, 
más que contigo
los techos estrellados de los ascensores,
sábanas que frotar,
pelos de punta,
los dientes que deja al aire la risa,
las trampas que dejamos de ponernos,
los que se alegrarán
y los que no.

Si tengo que descartar descarto
contar detrás de  ti
si no es contigo
el cuento en el que tú acabas conmigo
y nos contamos las canas
y victoria.


sábado, 12 de julio de 2014

En parte y en absoluto

Os comprendo en parte y en absoluto
cuando la odiáis así.
Yo también intento odiarla
(prescripción facultativa)
al menos tres veces al día,
antes del desayuno, comida y cena,
y algunos días casi lo consigo.
Es imposible no querer odiarla
cuando aparece,
con su foco portátil,
con esa imperfección tan perniciosa
que a partes iguales la quieres y la matarías;
con su sonrisa de viento de huracán
que te despeina
o te despeña,
o  lo que se le antoje.
Os comprendo cuando la vestís de trajes verdes
para daros después cuenta
de que no hay color que no le quede bien a la maldita;
cuando reprimís las ganas de aplaudirle
y le giráis la cara.
No es fácil sostenerle la mirada.
Ya lo sé.
Comprendo  que queráis odiarla y que la odiéis
si os mira y os sonríe,
y mucho más aún cuando no os mira,
ni os sonríe,
y por encima de todo,  si no os quiere.
Os comprendo en parte y en absoluto
cuando la odiáis así.

Yo, algunos días, casi lo consigo.