domingo, 8 de febrero de 2015

Poema a mi felpudo.

Este poema va de mi felpudo,
experto en bienvenirte,
y de este timbre
que no da tiempo a tocar antes de abrirte
la puerta sobre la que también va este poema;
 
El mismo que va de añadirle al “Anda, pasa”
“Negociemos qué nos rompemos esta vez”.
 
Este poema va de persianas bajadas
para que nadie nos cuente las horas
ni dejar pasar la luz que nos alumbre
tamaña insensatez.
 
Pero, por si no está quedando claro, te diré
que este poema va, por encima de todo, de reírse,
de mirarse y callarse lo mejor,
de sudar y reírse de nuevo mientras nos contamos
las mentiras de siempre de otra manera
sin dejar de reírnos,
tan conscientes
que deja de ser locura, mala idea,
que deja de ser pecado ni castigo,
que si existiera, lo llamáramos destino.
 
Porque este poema va…
Pero sobre todo, vuelve.
 
Así, en imperativo.
 
(Y nos reímos.)
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario