domingo, 29 de noviembre de 2009
¡Te pillé!
¡Te pillé! ¡Me estás leyendo!
Sí, tú, a ti te digo. Te estoy viendo.
Observo sin creer cómo te escondes tras los palos de las "eles" y las "tes", entre mis letras, que no alcanzan a cubrirte y sobresales.
Te agazapas y te asomas a mis "oes" con sigilo, las estiras y las abres con TUS MANOS espiando, creyendo no ser visto, pero ¡ay!, te estoy mirando...
Prefiero no descubrirte y girarme hacia otro lado, para no caer de nuevo en el error y equivocarme, confundirte otra vez con fantasmas o recuerdos, que aún me sacarían una cómplice sonrisa o una mirada de ésas que no gasto últimamente.
No quiero que tú me leas.
Que me lea tu fantasma me da miedo.
Que lo haga tu recuerdo no me importa, porque está bien colocado en el ayer.
Hoy me ha dado por pensarlo, imaginar. ¿Si me estuvieras leyendo...?
Ésa, esa sonrisa canalla es la que temo, por eso voy a hacer que no te veo y seguiré mirando hacia otro lado.
sábado, 28 de noviembre de 2009
El camino de baldosas amarillas
Amanece en mi ventana.
Desperezo mis ojos y abro con mimo el pestillo que de ti me separa, cristal a un lado, cristal al otro.
Lo de todas las mañanas. Un sol radiante, arcoiris, mi casa del revés y el camino interminable de baldosas amarillas.
Ni sombra de tu sombra.
¿Qué fuiste a buscar, amor?
¿Un cerebro, coraje, un corazón?
Se acabaron los favores. Se jubilan los magos y en esta generación no hay sustitutos. Se dieron al olvido, como las lavanderas, curtidores y el encaje de bolillos.
Se va perdiendo la esperanza y se decolora cada día un adoquín. Desaparecen. Piano desdentado colgado de la nada que sortear a golpes de suerte.
Tendrás que adivinar con tiento la senda que te traiga a mi casa del revés.
Me impaciento y disimulo.
Ni sombra de tu sombra en el camino de baldosas amarillas, hoy tampoco.
martes, 24 de noviembre de 2009
Noviembre
Paso de puntillas por noviembre, como hoguera de San Juan en pleno invierno.
Me esfuerzo por plantar el pie completo pero abrasa, quema, mata.
Intento hacerme la fuerte (o aparentarlo), pero termino corriendo, dando saltos, buscando en círculos la arena que me calme y que no encuentro.
Como los patitos de Comendador, me consuela pensar que los demás creerán ver saltos de alegría, y cuelgo de mi boca un collage viejo de una sonrisa que no es mía para que no se preocupen, pero quema...
Noviembre quema y yo duermo, duermo, duermo, duermo...
Paso por él de puntillas, aun sabiendo que diciembre no será mejor tampoco.
Duermo, duermo, duermo... y ruego...
Que me absorba el tiempo un par de meses.
Que pasen estas fiestas, el confeti, reyes magos...
Que no tenga que devolver ningún regalo el día 7, ningún día.
Que me salgan las cuentas esta vez, que no me falte ninguno y si me falta, que no me acuerde.
Que el próximo noviembre pueda pasar sin prisa y sin lutos por mi particular hoguera de San Juan.
Noviembre quema, me quema.
Lo paso de puntillas. Mis pies se abrasan.
Y yo duermo, duermo, duermo, duermo... para no tener que recordarte.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Madriz con zeta
Adoro este Madriz con zeta, "apazionado".
Experto en escupir verdades a la cara en los espejos y hacer la vista gorda cuando me disfrazo para perderle la pista a esta sombra cansina que me persigue por doquier.
Caminar como un turista cada vez que paseo tus aceras, con la boca abierta y las ganas de grabar en mi retina tus rincones.
Nunca me importó que un atasco me abrazara en tu Gran Vía si suena en mi coche una canción de cantautor y descubro una gárgola nueva, un olvidado balcón de forja centenaria, una muchedumbre multicolor que arrastra su prisa a contratiempo interpretando personajes al azar, porque Madrid te deja ser lo que quieras cada día.
Me emocionan como si fueran mías las nuevas iniciativas de empresarios valientes que bautizan sus negocios sobre los adoquines de la capital: pequeñas tiendas de moda arriesgada, cafeterías con encanto y jazz de fondo, librerías que huelen a ayer y a soledad, escenarios en los que se regalan oportunidades y se envuelven los sueños en papel celofán.
Donde todo cabe, donde todos caben, cabemos. Donde todo se perdona si has sido capaz de aprender algo. Donde siempre aparece un chino de la nada vendiendo paraguas cuando te llueven las penas mezcladas con granizo.
Me gustan los rincones nuevos y los de siempre de este Madrid que hoy te aplaude, te silba y te corea, y mañana te repudia "¿quién te has creído que eres?".
Te quiero, Madrid, con tus plazas esquinadas, tu asfalto levantado y andamios esqueléticos, con tus mendigos licenciados ("¿Por qué me ignoras? Ayúdame") a los que aún les queda hueco en sus bolsillos descosidos para la risa ("Limosna para cerveza. Limosna para marihuana").
Te elijo, Madrid, con tus "noes" mayúsculos y tus "síes" susurrados.
Te siento y me emociono porque te descubro nuevo cada día.
Te agradezco que me acunes cada noche, que me enloquezcas y me calmes.
Te adoro (y te adoraré siempre), porque nací dentro de ti y no quiero morir en otro sitio, mi querido Madriz con zeta, "apazionado".
domingo, 15 de noviembre de 2009
Bienvenida, Pieza nº 1 de JIRONES
Bienvenidos.
Os presento mi cajita de recuerdos.
Hojalata pintada de “ojalá” y de
“bien estuvo, no te quejes”.
Habrá muchos que digan que sólo es aire.
Quien tenga ojos y no los use, dirá que está vacía.
Quien tenga manos y no sepa tocar, dirá lo mismo.
Quien tenga nariz y no distinga, dirá que huele a … lata.
Pero los demás sabemos que está llena, a rebosar, de recuerdos de todas las formas y colores, un poquito apretujados para que la caja cierre. ¡Si no imposible!
¿Recuerdas cuando me caí de la cama? Está aquí dentro.
¡¿Y cuando me besaste la mano?! También está.
Está tan llena que no cabe ni un recuerdo nuevo, ni uno solo.
Los que no entiendan de esto del amor, dirán burlones que tan sólo es cuestión de trasplantar estos recuerdos a una caja más grande. ¡Qué ignorancia!
Al elegir la caja (al conocerte), elegí su tamaño… y me lucí. Pero ahora sólo queda sacar pecho y asumir que tú para mí, eres esto y nada más.
Aunque se queda, que no es poco, mi cajita (tu recuerdo) haciéndome compañía los días tristes desde el armario de mi habitación sin vistas.
Hoy, aquí, os muestro con cariño el contenido de esta caja y de otras más. Ya sola en casa, me tocará espachurrar de nuevo estos recuerdos para que cierren bien las tapas, con esfuerzo.
Cargaré de vuelta estas cajitas y una más, la que compré para hoy. La elegí grande, que ya aprendí, y sois muchos e importantes, porque estáis.
Llenémosla juntos de recuerdos y “sentires”.
¿Estáis listos?
Bienvenidos de nuevo.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Presentación de JIRONES
1 de noviembre de 2009.
Horas y horas de llamadas, puestas en común, ensayos, risas, lágrimas y mucho cariño, recibían su recompensa.
“Jirones", mi primer libro de poesía, veía la luz arropado de un equipo de primera (Andoni Larrabeiti, Silvia Arroyo, Anna Savelli, Nares Montero, Eva Sánchez, Patriccio Niccolai y Diego Montoto) y acogido calurosamente por un público que se entregó sin miedo a sentir.
Gracias a todos por hacer este sueño realidad.
Horas y horas de llamadas, puestas en común, ensayos, risas, lágrimas y mucho cariño, recibían su recompensa.
“Jirones", mi primer libro de poesía, veía la luz arropado de un equipo de primera (Andoni Larrabeiti, Silvia Arroyo, Anna Savelli, Nares Montero, Eva Sánchez, Patriccio Niccolai y Diego Montoto) y acogido calurosamente por un público que se entregó sin miedo a sentir.
Gracias a todos por hacer este sueño realidad.
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