jueves, 30 de agosto de 2012

Atrás



(“Si el pasado llama a tu puerta 
no le atiendas,
no tiene nada nuevo que decirte”).

Atrás.

Ahí,
colocadito o no,
ya a quién le importa.


Pero atrás
y sin que arrastre,
sin que pese
ni se recuerde de más.

Sin ninguna duda, atrás,
que no perdido.
Simplemente ahí,
junto con todas
las otras cosas que pasaron
y por algún motivo eligieron
ese preciso lugar para quedarse;

como libros leídos que no tienen
nada más que regalarnos
salvo dejarnos repasar la misma historia,
hasta llegar sin remedio al mismo fin.

Detrás
de lo que está atrás,
lo que no importa.

Mis ojos,
como mis pies,
rumbo adelante.

martes, 14 de agosto de 2012

La princesa mendiga


La princesa mendiga,
con su boca de fresa.

Dicen que lo tiene todo
y ella sonríe
pero solamente ve lo que le falta.


Mendiga la princesa
que escapó de su castillo,
y se intenta confundir entre la gente.

Pide imposibles
en una esquina humeante,
con la mano alargada,
palma arriba.

Mendiga la princesa,
“la princesa mendiga”,
y su boca de fresa
escupe sapos.

viernes, 10 de agosto de 2012

Temporada otoño-invierno


Temporada otoño-invierno.

Se va a llevar el amor,
de complemento.

No de básico,
sino más bien de accesorio,
fondo de armario,
de lo que hay que tener siempre,
aunque ni siquiera le quites
la etiqueta.

Igual que ese traje azul
para las bodas,
los zapatos de salón
y el collar de perlas falsas
para los cócteles
a lo que nunca fuiste
y nunca irás.

De lo que compras sólo por tener uno
y estar tranquilo,
(y acompañado, sólo cuando toque)
aunque cuando de tarde en pronto te lo plantes,
te canses
y lo vuelvas a empaquetar.

Lo que se lleva este año es el amor,
de complemento, de chino, de placebo.
De lo que hoy en día, nadie necesita
(ésa es la moda)
y si hace falta, se tira de cajón.

Sois tan libres y tan independientes
que andaríais desnudos por la calle
si no fuera
por tanta vergüenza que toca esconder
y tanta herida que hay que maquillar.

Nunca estuvisteis tan evolucionados.
¡Orgullo de especie vuestra
que ha conseguido,
que para sobrevivir
ya no haga falta amar!

Y en una cama vacía,
las imitaciones son tan aparentes,
que por el original quién quiere
pagar de más...

Para los animales es muy distinto.
No nos preocupa eso de “sobrevivir”.
Preferimos desvivirnos amando aquello
por lo que valga la pena querer morir.

En pleno siglo de oferta, chollo y “outlet”
(“señora, que me lo quitan de las manos”)
del amor de complemento
con “discount”,
yo, animal de costumbres, sigo buscando
si ha de ser, de contrabando,
el de verdad.

Me lo vestiré para marcar tendencia,
y os lo aviso:

en primavera-verano,
arrasará.

jueves, 9 de agosto de 2012

Mi fácil realidad


Cambié mis zapatos por unas horas
y las fuentes de piedra se volvieron
dragones incendiarios,
las farolas, cámaras de vigilancia
y las estatuas se convocaron unas a otras
a un cóctel de pre-lapidación.

La lluvia caía sólo sobre mí
mientras todos, ahora extraños, me miraban
con las caras arrugadas dibujando
muecas de papel.

De repente el mundo se reveló diferente,
irreconocible,
radicalmente distinto a como nos hicieron
creer que era.

Y huyendo esquivé las llamas
y los truenos,
y por primera vez en mi vida
fui cobarde
y busqué en la trastienda de mi bolsillo
el pastillero de las píldoras azules.

Volví a calzarme,
con más vergüenza que orgullo,
mi cómoda, simple y fácil
realidad.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Sintigueando con Georgina!


¡¡Qué ganitas tenía yo de ajironar a esta pedazo de artista y mejor personita!!

Seguramente conoceréis su canción "Rara" porque está sonando en todas partes.



Para que la conozcáis un poquito más os dejo una de sus colaboraciones favoritas para mí que hizo con otros grandes, Despistaos: una versión de "Física o Química" que me vuelve loca.

Y en plan más íntimo, una muestrecita de su directo con otra canción que me encanta, como ella: "Justo ahora".

Disfrutadlo y bienvenida!!

lunes, 6 de agosto de 2012

Me voy


Me voy,
y no por donde he venido, precisamente.

No debí hacerte caso,
más me habría valido
haberme ido
tiempo atrás.

Mil años antes, incluso,
de que me pidieras que no me fuera,
aunque marcharme al llegar
habría sido lo más inteligente.

“Huyo tan despacio que parece que me quedo”
y me quedaba.

Pero ya sí, me marcho, así, sin pena,
con un algo vacío
desprovisto de todo tipo de emoción
(sensación rara, no tener ninguna sensación)
y esta vez nada se apaga: me ilumino.

Y no me doy la vuelta ni me despido,
ni te mandaré cartas
ni echaré de menos escribirlas.

Me voy sin llevarme nada,
porque no te guardo nada de valor.
No te guardo nada.
No te guardo.

Me voy,
y no por donde he venido, precisamente.

No por ese calvario de agonías y penas,
de letras tristes y sueños de princesa destronada,
de ojos rotos buscándote en cada calle
y de tiempo perdido en balde buscando la manera
o las respuestas
que estuvieron siempre ahí.

Elegiré cualquier otro camino
donde la hierba no haya muerto aún
y dejaré el cadáver del recuerdo
en las arenas movedizas de esta historia,
para que se lo trague, junto a ti.

Me marcho.
Ya me estoy yendo
(y piso fuerte).

Me marcho.
Ya me estoy yendo.

Ya me fui.

sábado, 4 de agosto de 2012

Razones


Nunca hablo de ti con ellos
por tres razones:

Porque tendría que inventar palabras nuevas
y aun así seguirían sin entenderme.

Porque ellos no verían las hadas,
ni los dragones,
ni escucharían siquiera una sola nota
del concierto de violines.

Y por encima de todo,
y sobre tanto,
porque me niego a que me descosan los ojos
a golpe de verdades de las que matan
y me arranquen a tiras esta locura
con la que me siento en paz y me conformo.

Son las mismas tres razones
por las que tampoco hablo de ti
nunca
contigo.