Daría media vida por quererte un poco menos,
por soñarte menos, o no soñarte nada,
por inventar menos historias con guión de cine
en las que al final siempre me miras y me rindo.
Daría la mitad de lo que tengo por borrar la tiza
o adelantar la lluvia,
por no ser adicta a las letras tristes
y haber llevado en el bolso antídoto contra escorpiones.
Vendería mi alma al peso por todo eso,
y me compraría una de pez, de los que olvidan.
Habría dado la mitad de mi vida por no haberte conocido
si no fuera porque me quedaría como estoy.
Igualmente ahora, sin tu cuerpo, soy sólo una mitad.
Precioso!
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