Este post ha vuelto a traerme de cabeza este año. Ya es costumbre.
Llevo días pensando que no puedo añadir nada al post de “San Valentín” del año pasado, pero sí, sí que puedo, y además quiero.
Quiero compartir con vosotros la cada vez más trabajada y preocupante incapacidad que tenemos para amar. Y no hablo sólo de Cupido en estas letras.
Hablo de querer a la gente por lo que es y no sólo por aquello para lo que nos sirve y cuando nos conviene, de la amistad leal, generosa y desinteresada, de enamorase de algo más que de un cuerpo.
Hablo de cuidar incluso cuando el sexo es sólo sexo (es el sexo de una persona, no lo olvides), de preguntarnos antes de actuar si podemos herir, de tener en cuenta las consecuencias de lo que hacemos más allá de lo que nos afecta.
Hablo de quitarle el polvo a las palabras que guardamos en el fondo del cajón, de reconocer que a veces también fallamos y de perder el miedo a expresar lo que sentimos y a sentirlo.
Hablo de que nos importe algo más que nosotros mismos, y de importarnos también nosotros, pero bien.
Ya sabéis que no soy mujer “de San Valentín y cumpleaños feliz”, no me gusta el “amor empaquetado” (miro a mi alrededor y veo más conveniencia, comodidad, interés, traición y temor que AMOR. Ese tipo de amor me da urticaria, mucha pena y nada de envidia, como comprenderéis).
Así que mi propuesta para hoy es la siguiente: ¡desempaquetémonos!
Desempaquetémonos para el cartero, la cajera del supermercado, el señor del quiosco y el frutero, para esa persona a la que no nos atrevemos a dirigirle la palabra, y sobre todo, para quien comparte la vida con nosotros, la familia, los amigos…
Recuperemos lo valioso, lo importante, la identidad con conciencia, el amor limpio, la entrega incondicional, y que no se nos olvide que además de un “yo” hay un “tú”, un “nosotros” y un “ellos”.
¡¡Que no se nos pegue el papel charol al cuerpo!!
No nos hace falta y nos priva del tacto natural, de entregar simplemente lo que somos.
Querer a alguien no es echarle el lazo. Es más bien quitarse el propio.
Querer a alguien no es echarle el lazo. Es más bien quitarse el propio.
El regalo ya somos nosotros. Como alguien me dijo hace poco: “no les demos a los demás una oportunidad, démonosla a nosotros mismos”.
Feliz San Valentín, ajironad@s.
Bonitas palabras de animo!!!! Hay que celebrear el amor todos los dias y querernos antes todo
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