domingo, 13 de junio de 2010

La vieja


Cuando te apareces me transformo.

Me convierto en esa anciana que habla de su infancia con media sonrisa usada y ojos descascarillados, como quien mira al pasado desde un ventanuco enano y ha de forzar la vista para ver.

Ella sabe que la historia es menos cierta
cada vez que la cuenta, más lejana, más líquida, hasta convertirse en irreal.

Sabe que quizá lo que cuenta no fue así ni parecido,
no pasó de esa manera, si es que pasó siquiera.
Sin darse cuenta lo adorna y se lo inventa.
Sin apenas esfuerzo se lo cree
y si se lo pides te lo jura.

Así, cuando te apareces en mis ojos viejos,
cuento una historia que no es la nuestra
y hago oídos sordos a la verdad que me grita sin permiso
que tú no eres aquel...
que yo estoy loca...


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