Peso pesado, toneladas de arena llenaban sus bolsillos clavándola a la tierra.
Imanes que no hacen posible el movimiento.
Viento en dictadura que marcaba su rumbo.
Se escapaba la elección, el derecho a voto con o sin firma. Sólo un guión repetido sin descanso.
Pero aquella mañana cambió su suerte, con la paz del que ni "ha" ni debe, porque apenas tiene nada que perder.
Se deshizo de recuerdos, de los teléfonos sin nombre y de los besos que seguían aún pegados a sus labios, quemando como quemaban.
Soltó lastres, vació sus bolsillos, desató los nudos sin mirarlos, para evitar tentaciones (tardó días).
Sólo quería caminar, probar a girar sobre sí misma, sobre sí... sola...
Pero cuando desató el último nudo sus pies se separaron del suelo lentamente.
Miró atónita la tierra, más lejana cada vez mientras se elevaba sin control.
Agitó los brazos buscando dónde agarrarse, cambiando un miedo por otro...
(ni una rama...)
Alguien la vio dar patadas al aire mientras se alejaba,
como un globo,
volando para perderse
sobre sí misma...
sobre sí... sola
(sin tener dónde agarrarse... ni una rama...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario