lunes, 13 de febrero de 2012

Feliz San Valentín, ajironad@s!


Mil vueltas.

Son las que le he dado a este post, que se ha convertido en una especie de auto-análisis, de examen, de prueba de evolución.

Y este año he aprendido tantas cosas, que no sé cómo hilarlas entre sí.

He aprendido que no necesito cosas que creí necesitar;

que los recuerdos no se reciclan, y es mejor deshacerse de ellos cuando dejan de servir;

que la palabra "no" significa sencillamente "no";

que la seguridad como pose puede hacerte aún más vulnerable;

que tengo miedo y que no es malo;

que yo soy yo y lo que algunas personas sacan de mí (y esto es absolutamente maravilloso);

que mi estado natural es la felicidad, incluso sola (tendríais que verme por casa...);

que la obsesión y el auto-engaño no son amor, que son enfermedad;

que cuando dije "estoy preparada", estaba equivocada;

que soy mucho más complicada que algunas personas, lo cual no significa necesariamente que sea complicada;

que si yo pongo la magia, a cambio me gustaría que aprendieras a nadar *;

que sigo sin saber medir (y presumo de ello después de levantarme cada vez);

que el que da más, gana más que el que más recibe;

que cada uno, a su manera, lo hace lo mejor que puede;

que todo lo que pasa, a la larga, es lo mejor que puede pasar;

que para seguir adelante, antes hay que perdonar y perdonarse

y que tengo millones de razones por las que dar las gracias.


Y tú, ¿qué has aprendido este año?


Quereos, cuidaos y compartíos.

Hoy, mañana, pasado mañana y al otro.

Feliz San Valentín.

(*)Aprender a nadar



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