No se quedan contigo,
ni se van.
Están ahí,
tirando a ratos de tu falda
cuando les azuza el hambre.
Comen y callan.
Y se van un rato
para volver después,
mas no se quedan.
Uno, y otro, y luego más.
Pasan a saludar
y a ver qué hay hoy en la cocina,
por si apetece.
Pero a quedarse, no.
A quedarse nunca.
Ninguno.
No se quedan contigo
y duermes sola.
tirando a ratos de tu falda
cuando les azuza el hambre.
Comen y callan.
Y se van un rato
para volver después,
mas no se quedan.
Uno, y otro, y luego más.
Pasan a saludar
y a ver qué hay hoy en la cocina,
por si apetece.
Pero a quedarse, no.
A quedarse nunca.
Ninguno.
No se quedan contigo
y duermes sola.
Deben de tener miedo a dormir abrazados en la oscuridad
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