Jirón a la carta.
Gracias Reyes.
Y a ti también, rubita, que te quiero.
Flash.
Posamos sonrientes, comedidas.
Juntas pero no revueltas,
reteniendo.
Compartiendo los “¿qué tal?”, “yo bien ¿y tú?”
sin dar detalles.
Años después nos avergonzaríamos
de aquellas pintas
y le pondríamos al zumo de naranja
un collarín.
Flash.
Reímos, carcajadas,
con los ojos cerrados,
dolor de tripa.
Ya no hay secretos
(o no hay muchos)
y nos dejamos retratar (con patrocinio)
enseñándole al mundo la campanilla
con algún paso de baile a lo “street fighter”.
Flash.
Ésta, con cara de locas.
Yo tuerzo el gesto y me bizco,
y tú sacas la lengua
y algún dedo.
Días (y noches) de gloria
coronándonos las reinas
en la primera escalera que encontramos.
“Poder princesas”.
Y nada más importaba
porque no había quien pudiera con nosotras.
Flash.
La última salió movida.
Se me adivina mirándote muy triste,
tú aguantando la mirada
apretando el labio.
Que te vas,
que te estás yendo.
Que yo te miro muy triste
y ya te extraño.
Que ahora busco entre las fotos
lo que fuimos.
Y es ver un fotomatón...
y recordarnos.
Amiga ese photomatón siempre existirá para seguir recordando los momentos únicos.
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