martes, 20 de marzo de 2012
Tres linternas, por favor
Una linterna,
o dos,
o tres.
De las que disparan luz a bocajarro
y matan sombras.
Un linternazo humeante,
justo a tiempo,
que lo ilumine todo
de repente.
Un destello imposible
de los que ciegan casi
y dejan el amor
(o el desamor)
al descubierto.
Un resplandor que alumbre
los significados de las cosas
y llame a cada una
por su nombre
con un margen de error
de cero coma.
Una linterna para mí.
Para ti, dos,
y mi mejor deseo
(“buena suerte”)
para que la que venga detrás
no se te escape,
y no encuentres tiniebla
que te esconda.
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