Palomitas.
Y ver pasar la vida alrededor.
Un sofá con letrero de “cerrado”
que pide peso
cuando no hay quien pida paso
en esta casa.
La lluvia llama a cristales
que separan
un gato de una paloma
en la edad del pavo
(piensa
que ganó un admirador
y pestañea).
Una pila de libros
se hacen el amor
sobre la mesa,
como lo hubiera hecho yo
de haber podido.
Y un reloj
que puso todo en su sitio
(que ha ganado)
lo celebra
dando las doce
cuando son las tres.
La vida
en forma de polvo
se posa sobre los muebles.
Las páginas que paso
ya no hacen ruido
y ahora el mundo es
sinsentido mundanal
(o puro miedo).
(o puro miedo).
Se quedan los sueños
sólo(s)
para las noches,
y un montón de nada
flota
en mi sofá.
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