Antes.
Cuando estos ojos no sabían,
y todo era impulso e inocencia.
Cuando el hambre se saciaba,
el frío se vestía
y si me pedías la hora
yo te daba mi vida y una cuerda.
Aquellos tiempos.
Antes.
Esas horas,
cuando esas horas aún estaban vivas,
ajenas a los verbos “doler” y “tener que olvidarte”.
Cuando todo era “sÍ”,
un gigantesco, blanquísimo “sí”,
a cuya sombra dormíamos sin miedo.
Cuando estos ojos no sabían,
y yo te respiraba por las manos.
Cuando creímos que abril,
pero diciembre.
Antes.
Cuando éramos el mar
antes de que el mar secara
y nos dejara en islas.
Cuando mis ojos eran ojos,
antes de ser cabeza.
Entonces.
Antes.
Cuando llegaban aplausos de no se sabe dónde
con cada mirarnos,
y no necesitábamos correr.
Cuando creímos estar en nuestro sitio.
Aquellos días que se nos enredaban en el pelo,
cuando mi ojos no eran sólo cuencas,
precipicio.
Cuando creían saber,
y en el amor.
y en el amor.
Cuando estos ojos no sabían
que tú no eras.
Fotografía de Oscar Keys
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