sábado, 10 de julio de 2010

La maldita


... y se me escapa una lágrima,
se salta los controles,
burla la vigilancia
la maldita.

Tú, que deberías defenderme,
hacer fuerza con las otras,
resistirte,
me traicionas,
desleal, infiel, ingenua...

Corres con prisa,
rozando apenas mi piel cansada.

Te desgastas a golpe de gravedad,
dejando tras tu huella su recuerdo.

Tú, que eres de mí, vas en su busca,
pero no le encontrarás,
no a quien persigues.

Tú, como ya hice yo primero,
te desgastarás por el camino
hasta dejar de ser quien eres,
kamikace.

Te vas haciendo pequeña
en tu carrera hacia la nada.

Ya vislumbras que se acaba,
pero es tarde,
apenas te queda vida.

Tú, tan temerosa como ciega,
me miras con preguntas empapadas.
No hay respuesta y no lo entiendes.

No siempre las hay, ¿no lo sabías?

Sólo espero, por tu bien, que te deshagas
antes de saber que no valió la pena.

Tú, que antes eras de mí...
no tienes dueño.



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