Ya no quedan "tics... tacs" en las ciudades.
Sólo "túes" y "yoes" por donde piso.
"Tú... yo... tú... yo", cantan las manecillas segunderas, porque desaparecieron las primeras tras bailar un agarrado en plena pista.
"Tú... yo... tú... yo...".
Sin campanas, sin cuco, sin baterías,
sin sol que nos regale la sombra de la hora,
ni gravedad que empuje grano de arena alguno.
Sin culpables...
"Tú... yo... tú... yo" alternos, constantes, infinitos.
Sólo el pulso nos mantiene, y ya es bastante.
"Bip tú... bip yo", una y mil veces.
Cuestión de un corazón que aguanta y late:
"Bum-bum bip tú... bum-bum bip yo",
paralelos, inconexos, imposibles.
Te adelantas. Me adelanto. No nos vemos.
Tú me ganas. Yo te gano. No hay mañana.
¿Quién demonios se ha llevado los "tic tac" de mis relojes?
"Tú... yo... tú... yo... tú... yo...." cada segundo,
el tiempo que nos quede.
Sin campanas, sin cuco, sin baterías,
sin sol que nos regale la sombra de la hora,
ni gravedad que empuje grano de arena alguno.
Sin culpables...
"Tú... yo... tú... yo" alternos, constantes, infinitos.
Sólo el pulso nos mantiene, y ya es bastante.
"Bip tú... bip yo", una y mil veces.
Cuestión de un corazón que aguanta y late:
"Bum-bum bip tú... bum-bum bip yo",
paralelos, inconexos, imposibles.
Te adelantas. Me adelanto. No nos vemos.
Tú me ganas. Yo te gano. No hay mañana.
¿Quién demonios se ha llevado los "tic tac" de mis relojes?
"Tú... yo... tú... yo... tú... yo...." cada segundo,
el tiempo que nos quede.