viernes, 22 de abril de 2016

Keroseno

Nos pasaron por encima.

Nos pisaron lo “fregao” 
(que no era otra cosa que mi rastro de saliva 
al ir contigo cogidos de la mano) 
por La Latina, Gran Vía, Chueca y Tribunal, 
con Pol de fondo alertando 
del olor a keroseno 
(me gusta más con k, de kamikaze). 
Chico, sal corriendo antes de que sea demasiado tarde. 
Y obedeciste.

Y lo hicimos. 
Le negamos un mundo mejor 
a este mundo que se precipitó al precipitarnos 
el uno contra el otro. 
Y tú te fuiste, 
y yo me quedé sola precipitadamente
y sola me seguí precipitando,
y aprendí a sobrevivir a los barrancos 
hilando letras y haciéndolas cuerda.

¿Quieres verla? Mírala. 
La llevo siempre en el bolso 
porque contigo nunca se sabe, 
y lo mismo te da por volver 
y no tienes con qué atarme las muñecas 
a este cabecero.



Fotografía de Josh Johnson

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