Un olvido sin ti se ha hecho conmigo
como se hace la luz con la mañana,
con un acariciar parsimonioso
que te arropa de a poco, imperceptible,
hasta que te sorprende cubierto en manto
de pies a cabeza, y te abriga los ojos
mientras susurra en tu abrazo “ya pasó”.
Puede que sí.
Que sí.
Sí.
Que ya ha pasado todo,
y hasta tú.
Pero este olvido sin ti
se me ha quedado dentro
y tiene hambre…
Y yo no tengo qué llevarle al corazón.
Fotografía de Tertia Van Rensburg
Ay, cuando da ese hambre que no se puede saciar!!!! Muy bonito Sis!
ResponderEliminarGracias Bella!! :* :* :*
ResponderEliminarEse hambre es fácil de llenar, hay veces que incluso te das atracones para satisfacer ese hambre, pero que complicado es saciarlo para poder pensar en otra cosa
ResponderEliminarFácil... lo que se dice fácil.... no sé... jajajaja. Gracias por comentar, linda! :* :*
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