sábado, 28 de abril de 2012

Ser o no ser, ésa es la paranoia

Ésta pieza se la dedico a mi querido Wasabi, 
y a la sonrisa que va a poner cuando la lea, 
y a su "¡bravo!"
Y un poco también a quien estará de acuerdo,
en la distancia.


Mi cuerpo es
una versión beta rara
de mí misma:
Para probarla
te descargas tú.

Soy un experimento
en fase de medicación,
un lanzamiento
en fase de cohete.

Soy una prueba en contrato laboral,
becaria voluntariosa de esta vida explotadora.

Soy, soy, soy, soy,
soy, soy, soy…
Siempre “yo soy…”

Me he convertido en polvo antes de tiempo.

Soy lo que tú esperabas encontrar
casi al final,
pero me adelanté sin saberlo
y no me reconociste
(me confundieron tus ojos
con el resto).

¡Ay! Ser tanto es muy cansado,
y ser tan mía, aburrido.
Me gustaría ser menos,
o más tuya.
Cambiar este “soy” por “somos”
y compartirme contigo
y ser más, juntos.

Probar juntos a no ser.
¿Se darían cuenta?
¿Lo notarían
si no fuéramos un día?

¡Al diablo ya con tanta tontería!
Hamlet y su calavera,
y la poesía.
Sí, la poesía también.
¿Y por qué no?
¡Al diablo Shakespeare!

¿Ser? ¿Quién dice lo que es?
Si hablamos de que parece
nos acercamos.
Y si decimos que cambia,
estamos de acuerdo.

Ahora me planto.
Se me antoja ahora no ser,
mira por dónde.

(Diantres, no sé no ser,
maldita sea…)

¡Que me da igual lo que soy!
¡Que no me importa!
¡Que ya no quiero ser más!
¡Que ser esto nada vale
si soy sola!



No me hagáis caso.
Viva Shakespeare.
Y la poesía también,
y sobre todo.

Dejaré de conjugar
(al diablo la verborrea).
Ya no lo pensaré más.

Lo que haya de ser,
que sea.

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